L. Alma-Tadema. Prose.
FOTO: Christian Revival Network
"¿Para qué estudiar griego y latín?" A los profesores de lenguas clásicas nos hacen casi a diario esta pregunta. Y no sólo los alumnos (los propios alumnos que han elegido estudiarlas), sino también adultos (sí, incluso profesores) que deberían sonrojarse de no tener la formación suficiente para entender el enorme vacío que genera su desconocimiento en una educación integral y de calidad.
Quiero recoger aquí una antología de opiniones que darán una idea de un problema de enorme importancia, que en definitiva explica por qué España nunca está, como otros países occidentales, a la cabeza del conocimiento.
El problema de fondo es la EDUCACIÓN. Hace años, cuando sólo estaba al alcance de unos pocos y era una forma de poder, el resto de la población se sumía en el analfabetismo. Ahora, con la extensión de la enseñanza gratuita hasta los dieciséis años y, como sigue siendo una forma de poder, se eliminan materias realmente formativas, vanalizan los contenidos de las que se imparten y se consigue que la mayoría de la población sea analfabeta en la práctica, porque lo es quien no puede entender un escrito, como ahora sucede. Pero, eso sí, nos preocupamos de que abandone la escuela con su título de Graduado en E.S.O., aunque sea con varios suspensos, es decir, aunque no valga para nada. Y ahora esa misma intención se está extendiendo a F.P. y Bachillerato: más allá de los años de escolarización obligatoria toda la población continuará en las aulas siguiendo cursos que no sean demasiado difíciles, pero "importantísimos" para sus futuras salidas. A todos se les dará un título con tal facilidad que los pocos que realmente estudien acabarán por abandonar, sintiéndose un nuevo Sísifo cuando sea imposible distinguir al titulado capaz del que sólo promocionó por imperativo legal.
En contra de lo que nos quieren hacer creer, el estudio del latín y del griego, de las lenguas clásicas, es fundamental también en nuestro mundo contemporáneo, como saben muy bien los que se están preparando para dirigir gobiernos y empresas y lo estudian desde los doce años en exclusivísimos colegios privados. Pero el conocimiento del mundo clásico debe ser común a todos. Si lo abandonamos efectivamente estamos perdiendo algo fundamental, estamos abandonando nuestra propia civilización sin haber creado otra, estamos perdiendo nuestras referencias. Viviremos en el vacío, en el chaos.
He aquí algunos testimonios:
- El pasado:
¿Qué somos?: El arte y la cultura clásica son la herencia cultural de la civilización occidental, reivindicada conscientemente a partir del Renacimiento (siglo XV y XVI), el Clasicismo (siglo XVII) y el Neoclasicismo (siglo XVIII).
La posesión de una formación intelectual que incluyera a los clásicos griegos y latinos (poseer una cultura clásica) constituía tradicionalmente la prueba de una excelente educación, identificada con lo que se conocía como letras humanas, humanidades o humanística. Sin embargo, la cada vez mayor separación entre la formación humanística y la científica a partir del siglo XIX, ha invalidado tal identificación, lo que ha terminado dando lugar, desde mediados del siglo XX, al denominado problema de las dos culturas.
¿Qué hemos hecho?: "Todavía en el siglo XVII, los científicos y los artistas de toda Europa aparecen tan estrechamente ligados por un ideal común que su cooperación apenas sufrió influencia de los acontecimientos políticos. El uso universal de la lengua latina consolidó todavía más esa comunidad. Nosotros soñamos hoy con esa época como paraíso perdido. Después de que las pasiones nacionales hayan asolado la comunidad de las mentes y que este vínculo unitario del lenguaje haya desaparecido. Los científicos, establecidos, responsables de las tradiciones nacionales más exaltadas, han directamente asesinado la comunidad." Dijo Albert Einstein en 1934.
- El presente:
¿Cómo estudiar?: Es noticia: Una decena de niños superdotados finalizó ayer un taller sobre las claves del origen etimológico de las palabras (...) "Puede que nos parezca lejana y sin trascendencia en la actualidad, pero la cultura occidental es heredera del mundo clásico".
¿Por qué estudiar?: Dice una estudiante de lenguas clásicas: "Para mí clásicas era la única carrera que me daba y me da todo cuanto mi espíritu y mente necesitan: arte para regocijarme, música para calmarme, literatura con la que evadirme, leyendas en las que perderme, filosofías que me hacen dudar y pensar, poemas líricos con los que enamorarme, personajes a los que seguir, historias de las que aprender..."
- El futuro:
¿Qué puede pasar?: La desgracia de no saber latín y griego. Puede, tal vez, alguien pensar -y así ha ocurrido incluso en las esferas dotadas de poder sobre los planes de estudio nacionales- que el latín es una lengua muerta y debe ceder el paso al estudio de lenguas vivas de amplia circulación mundial y, por tanto, más útiles desde el punto de vista práctico. Esta opinión es muy discutible. De hecho, la reducción del estudio de las lenguas clásicas no se tradujo en un mayor conocimiento de las lenguas modernas. Todo hace sospechar que se trataba de simplificar a toda costa, en virtud de criterios alicortos. Por vía de orientación, no está de más recordar que las naciones europeas más florecientes en materias científicas y técnicas son las que dedican más atención al estudio de las lenguas clásicas.
Somos un pueblo de origen latino, y el desconocimiento del latín nos aleja de nuestras raíces.
Poco tendrán que agradecernos las generaciones que reciban una lengua errática, desarraigada, entregada a todos los vaivenes y adulteraciones que provoca la falta de identidad propia de un apátrida.
Al no saber latín y griego, se desconocen las raíces de buen número de palabras castellanas de uso corriente, y se empobrece rápidamente el léxico.
Sabemos que el lenguaje es vehículo viviente de la creatividad humana. Si desconocemos el trasfondo del lenguaje, no podemos hablar de modo profundamente comprometido y creador, pues, al hacer quiebra el lenguaje, hace quiebra la creatividad.
¿Quieren de verdad los responsables de la educación del pueblo que florezca en éste la verdadera cultura?
¿Se puede tomar con humor?: Estudiar Latín y Griego es peligroso. Tres peligrosos ladrones de bancos se refugiaron en un colegio, con tan mala fortuna que fueron a dar a un aula donde un desalmado impartía clases de latín. Y como uno puede ser muy truhán y muy ladrón sin dejar por ello de tener su corazoncito, desenfundaron sus móviles y llamaron a la policía.
Y, para oír un par de curiosidades sobre la educación en España, busca en las entrevistas a Francisco Kovacs y a Arturo Pérez-Reverte.
Feliz quien tenga un rico mundo interior al que viajar.
L. Alma-Tadema. Expectations. FOTO: Christian Revival Network.
Hola Clara me podrías mandar un mensaje al correo laetitiaclaudia@gmail.com, gracias, te contestaré
ResponderEliminar¡Hola! Te he enviado un correo.
EliminarHola voy a iniciar a estudiar filosofía, de inicio nos piden que elijamos entre latín y griego antiguo, entonces para ver si me podías recomendar alguna bibliografía para tomar la decisión mas adecuada.
ResponderEliminargracias de antemano.
Entrare dentro de poco a filosofía, nos piden de inicio elegir entre griego antiguo y latín. ¿Podrías recomendarme alguna bibliografía para hacer una mejor elección?
ResponderEliminarRespondo a los, ya que es la misma pregunta.
EliminarEn general es importante, si queréis especializaros en un autor, conocer la lengua en que escriba para leer los textos originales. Respecto a las lenguas clásicas, si habéis estudiado latín en bachillerato, ya podéis entender la terminología básica e incluso textos. En cambio, si nunca habéis estudiado griego, es muy importante conocerlo para leer (utiliza otro alfabeto) y entender los matices de su léxico, ya que con frecuencia se utilizan términos griegos en las explicaciones de varios autores, entre ellos los griegos, claro, y filósofos modernos, como Heidegger o Hegel. No olvidéis que el origen de la filosofía está en Grecia.
Saludos.