IMAGEN: SAORBATS
El helenista Pedro Olalla desarrolla su trabajo, entre otros muchos ámbitos, en la Universidad de Atenas y en el Parlamento Griego. En este vídeo, enlazado desde el blog LA PASIÓN GRIEGA, que recomiendo desde la columna derecha, esclarece bastantes aspectos de la actual crisis mundial:
¿Qué es una deuda odiosa? El mapamundi, que aparece en el enlace anterior, confirma lo que explica el vídeo: cuáles son los países con mayor deuda. "Curiosamente" son los más desarrollados, y les siguen de cerca los llamados BRIC. En todos ellos triunfa el capitalismo y las políticas neoliberales.
Los sucesivos rescates de Grecia nos hacen dudar de la eficacia de esta medida, pero lo entenderíamos mejor si cayéramos en la cuenta de que el objetivo no es ayudar a este país, sino saquearlo. Nos quieren convencer de que las medidas que se están tomando son las únicas posibles, cuando no es cierto -no sea que a alguien le dé por pensar en otras-, y hacen todo lo posible por silenciar o eliminar cualquier oposición, por pequeña que sea, aunque a veces ello suponga que los propios perjudicados se vean en la paradoja de pagar la cuerda de su propio linchamiento. Pero la culpa de la crisis no sólo la tienen los bancos, los especuladores o los políticos: somos muchos los que seguimos sus directrices. En este enloquecido juego del consumo ¿a alguien se le ha ocurrido que hay otras formas de pasar el tiempo libre que gastar en los centros comerciales? Hasta hace escasos años la gente paseaba y charlaba con los amigos, leía libros de las bibliotecas, o se invitaba a tomar café en casa.
Hacemos cualquier cosa para evitar pensar por nuestra cuenta. Se da crédito en estos días a muchas opiniones de ignorantes diciendo, por ejemplo, que los españoles tenemos que empezar a trabajar tres veces más, como los alemanes, cuando en realidad ellos trabajan menos horas, pero sus empresas son más eficaces. Aunque, claro, nuestros empresarios están demasiado ocupados en pescar a río revuelto, expoliando los bienes públicos, y nadie se ha preocupado aún de exigirles responsabilidades por no reinvertir tantos ingresos de estos últimos años y quedárselos sólo como beneficios suyos. Lo que sí es cierto es que cuando comenzó a hablarse de esta crisis, mientras que en España seguíamos construyendo sin medida y comprando coches inverosímiles, en Alemania les dio por pensar que la clave estaba en el sistema capitalista y se dispararon las ventas de El capital de K. Marx, intentando entender qué estaba pasando. Tenemos mucho que aprender.
Os dejo algo de humor. Sonriamos, al menos, aunque nos mientan.
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