martes, 28 de diciembre de 2010

INOCENTES

VIÑETA: FORGES

Hoy, 28 de diciembre, gastamos bromas recordando la matanza de los inocentes. Aunque ahora sabemos, gracias a los historiadores, que no hay testimonios contemporáneos de tal matanza, que la visita de los magos tampoco es segura (¡tranquilos! vuestros padres os dejarán regalos) y que Herodes tal vez ya había muerto cuando nació Jesús: la susodicha matanza tiene todas las papeletas para no haber existido.

Carecer de criterio científico y de los suficientes conocimientos aportados por una buena base cultural lleva a caer en errores de este estilo y a ser presa fácil de demagogos. Cuando la EDUCACIÓN era/es privilegio de unos pocos no se discute qué o cómo se debe estudiar: la disciplina y las asignaturas tradicionales ocupan el cuerpo central. Pero ahora, que el acceso a la escuela es obligatorio y gratuito hasta los dieciséis años, hay una extraño afán por potenciar la creatividad, la deducción, la inteligencia supuestamente naturales en todos los niños, que haría llorar de emoción a Sócrates si viera cómo han proliferado los defensores de su mayéutica, aunque haya que practicarla en clases de al menos 33 alumnos (de momento). Se me ocurre una chanza: ¿las nuevas prácticas escolares nos prepararán para esos servicios telefónicos donde nos dan vueltas, largas y morcilla, no porque "obtienen beneficio a costa de un número 902", sino porque esperan pacientemente que "deduzcamos" la información? También oímos casi a diario cómo cualquiera reclama nuevas asignaturas: labores domésticas, cocina, educación vial, ciudadanía, mapas sonoros, ... algunas incluso se llegan a implantar, a costa, claro, de menos horas de Matemáticas o Lengua.

Esta situación recuerda, volviendo a las celebraciones de diciembre, a las Saturnales romanas. Los poderosos gastan una broma pesada: los esclavos podían cambiar su papel con el de sus amos, pero sólo con motivo de la fiesta, luego todo vuelve a su cauce natural y cada uno a su sitio. En esto últimos años parecía que iba a haber educación de calidad para todos, pero sin financiación, ni medios, ni profesores (insustituibles, por muchos ordenadores que se pretendan emplear), lo único que se asegura es que niños y jóvenes estén el mayor tiempo posible "escolarizados", para que no den la lata a sus padres o se apunten al paro, y que al final, eso sí, reciban títulos y certificados hueros, que ya está casi abolido el suspenso. Y se repite machaconamente que debemos estudiar "lo que el mercado laboral demande", pero nunca nos dirán por qué cambiará a cada momento: debemos ser "emprendedores" y buscarnos solos las salidas, el fracaso será nuestro. No se considera en ningún momento que los estudios, el trabajo, el tipo de vida que elijamos son fundamentales para desarrollarnos como persona únicas y no como piezas en el engranaje de la producción. ¿Se nos condena a una juventud buscando desesperadamente empleo y a una vejez agotados en un trabajo que seguramente no nos satisface?

Aunque sea el día de los inocentes, no es broma la degradación de los planes de estudio, que ya llega a la universidad (acompañado de la amenaza de subida de tasas y la extraña cantinela de que aboca al paro, cuando sólo un país tercermundista es incapaz de ofrecer trabajo a sus universitarios), la reducción de cursos superiores (en años y en asignaturas) y el deterioro por falta de financiación de la educación pública, que hasta ahora mantiene mayor calidad y oferta. Por todas partes se invoca la preparación para el mundo laboral, la terrible necesidad de trabajar hasta ya avanzada la senectud, apelando a la buena salud de que gozamos a edades provectas.
Para hacernos una idea de lo que se avecina recomiendo la lectura del artículo El asalto a la educación pública, de Josep Fontana.

VIÑETA: FORGES

Ahora recuerdo la ignorancia del dodecaedro defendida por los pitagóricos y la conveniencia de que no todos puedan acceder al conocimiento, como explicaba Carl Sagan, y resulta sorprendente cuán vieja es la persecución por las ideas. ¿Nos conviene seguir siendo inocentes?

2 comentarios:

  1. Chapeau! Que dirían los francófonos.

    Algo así es lo que vengo yo reinvindicando, chillando desde que tengo uso de razón, casi, indignándome. Cada nuevo plan de estudios promete el oro y el moro y no se queda sino en humo, y además un humo que resulta ser denso y picar en la garganta al respirar. No me explico, aún, los nuevos grados que han proliferado como setas tras la tormenta, cogiendo un poco de aquí y un poco de allá para acabar siendo nada. Es el caso de "Ciencias de la Antigüedad", que sustituye a la Filología Clásica: una mezcolanza entre Historia con toques de arqueología, un poco de idioma moderno y no lo suficiente -a mi juicio- del meollo del asunto, que es Latín y Griego.

    Eso por no hablar de las NULAS posibilidades de conciliación laboral-estudiantil, o de la escasa oferta de formación complementaria -no se puede coger más que una asignatura optativa por año, quedando todas concentradas en cuarto; y es materialmente imposible acoplar dos cursos en un año-.

    Y cómo no reseñar el estado de putrefacción en que se encuentra el mercado laboral dentro de la universidad, o en la investigación; donde tu esfuerzo y tu buen hacer no sirven de NADA si no conoces a alguien (vulgo "enchufe").

    Nos han vendido una mentira, y me duele como si me quemara.

    En fin, lo dejo ya. Enorme y cargadita de razón esta entrada.


    Pd. Todo un honor para mí el que te pases y te guste nuestra humilde morada aunque sea un poco.

    Pd2. Yo celebré las Saturnalia con unos amigos este año en lugar de la tradicional fiesta de Nochevieja, fue divertido, ¡vaya que si lo fue!

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  2. ¡Gracias por devolverme la visita! También creo que es más sano celebrar el solsticio.
    Y, sí, me tiene muy preocupada lo que está pasando con la enseñanza en este país y que todos parezcan admitirlo como lo más natural, que los adultos hayamos caído en una especie de ceguera colectiva, mientras se echan a perder generaciones enteras (se pueden ver más críticas en mi etiqueta de EDUCACIÓN) y no sólo por el expolio a los estudios de Lenguas Clásicas.
    Verdades como puños se pueden oír en este documental que recomiendo en la página de mi Departamento: ¿Y quién nos enseña a vivir?
    http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100924/tengo-pregunta-para-23-09-10/885532.shtml

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