Entre todos construiremos una sociedad mejor gracias a las reformas que garantizan la excelencia creciente de nuestro sistema educativo... o de eso nos pretenden convencer. Porque mientras aquí están a punto de hacer desaparecer el Latín y el Griego de nuestros institutos de Enseñanza Secundaria -que son cosas de viejos, dicen-, en otros países los fomentan como elementos esenciales de una buena formación: en Alemania, Italia, Finlandia o Gran Bretaña, por ejemplo, que no son nada sospechosos de no saber lo que hacen. ¿Por qué no debemos copiarlos en esto?
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