Los clásicos lo son porque permanecen, aunque surjan tras parecer haberse perdido. Sobra todo comentario. Sólo hay que oírlos con atención, con sosiego.
¿Quién era Marco Aurelio?
según el tiempo o el interés que tengamos.
Cuando pase nuestra mezquina generación de tristes mortales, absortos en sus dañinos juguetes luminosos, afanados en barbotear sólo sobre la llamada economía cuando es el momento de estudiar, más que nunca, filosofía, a nadie importará lo que estamos olvidando ni nuestra ignorancia. Andrés también nos lo recordó el pasado jueves.