jueves, 2 de diciembre de 2010

EL UMBRAL DE LA MITOLOGÍA: ¿QUIÉN OSA DESATAR LA CÓLERA DE LOS DIOSES?

Aquí tenemos un ejemplo de cómo la mitología y el arte clásicos sirven para todo. Sus proporciones, la búsqueda de la belleza, la fascinación por la forma ideal, sus sugerentes temas dan para tanto que incluso son utilizados sin pudor por cualquier empresa que sólo busque publicidad y ventas.

FOTO: SMS MOTOR

El calendario Pirelli 2011, Mythology, perpetúa la ya vieja ordinariez de retratar tías en pelotas (suena muy grosero, pero esa es la finalidad última) como los que cuelgan en talleres de reparaciones de automóviles de medio mundo. Está claro con qué calenturienta intención en un lugar en el que prácticamente sólo se movían público y trabajadores masculinos. Ahora las mujeres podemos acceder a estas actividades laborales (muchas veces porque nos pagan menos por el mismo trabajo) y, sobre todo, tenemos mayor poder adquisitivo y somos independientes del varón: ya podemos comprarnos solitas un coche y encargarnos de su mantenimiento. Por eso las empresas, siempre a la búsqueda de nuevos nichos de mercado para aumentar las ventas, han decidido parecer un poco más sensibles y darle a esta exhibición de desnudos un aire de pseudodistinción. Igual hacen las firmas de cosmética lanzando líneas de productos para hombres: se han dado cuenta de que son la mitad de población y no compraban cremas hasta ahora.
En el anterior enlace al calendario y en éste otro podemos leer cómo Pirelli hace un alarde de oratoria vacía retorciendo los argumentos para justificar la exhibición de su calendario, hablando de "rendir homenaje a la belleza femenina", "imágenes de altísimo nivel" o "exprimir distintos conceptos de belleza". Pero los clásicos también estudiamos la retórica y distinguimos fondo, forma y recursos para convencer de lo que sea. Y lo que hay detrás de estas afirmaciones no es otra cosa que un ataque a la dignidad de las mujeres (y en el calendario de este año también de los hombres), exhibiendo sus cuerpos como moneda de cambio en una soez prostitución (aunque sólo sea de imágenes) permitida y consentida. Se trata de vender el producto a toda costa y el sexo vende mucho.
Que la mitología les importa un pepino lo podemos comprobar en esta selección de imágenes y sus meteduras de pata:
1ª. No hablaré demasiado del canon estético que nos imponen, que ya parece que todos damos por bellas a las mujeres con ojeras, mejillas hundidas, cuerpos arrasados por el hambre a la búsqueda de un aspecto no se sabe si andrógino o aniñado, aunque también se operen para tener pechos desproporcionados. Cualquier artista sabe que un cuerpo sin volúmenes (mujeres sin curvas, hombres sin músculo) son antiestéticos. No hay más que comparar la escuálida Ártemis del susodicho calendario con el (éste sí) bellísimo cuerpo de la Victoria de Samotracia que podéis ver aquí.
2ª. Craso error inventarse una ¡¡¡ diosa Áyax !!! No se han molestado en consultar, no ya un diccionario de mitología, es que ni una enciclopedia, por mala que sea. Que yo sepa este nombre es el de dos héroes de la Ilíada: Áyax Telamonio y Áyax de Oileo y en los enlaces podéis leer sus hazañas, a ver si alguien encuentra algo de femenino, por muchas versiones que a veces puedan tener los mitos. Aunque viendo esta especie de guerrera del calendario uno entiende que quieran captar también al público con perversiones sadomasoquistas, muy en la línea del superficial "culto al cuerpo, deseo sin castigo" de los promotores, que fomentan la brutalidad desenfrenada y no el racionalismo o el nada en demasía (μηδὲν ἄγαν) de los griegos clásicos.
3ª. Las diosas vírgenes, Atenea y Ártemis, aparecen desnudas, irreverencia imposible en las imágenes griegas o romanas. Es más, el mito del cazador Acteón nos recuerda cómo las gastaba la vengativa Ártemis: lo convirtió en ciervo y lo devoraron sus propios perros como castigo por haberla visto desnuda mientras se bañaba.
Aunque ya sabemos que esto de los dioses es cosa pasada, por si acaso, yo evitaría suscitar las iras de seres tan coléricos, señores de Pirelli.

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